El viejo renegado, adaptarse digitalmente o morir de hambre
José F. Corte / Subterráneos
*Algunos otros llevan la reclusión en la mente, Nono recuerda el boteo por otras ciudades del mundo
Puebla, Puebla; jueves 14 de mayo del 2020. Toco un portón negro, oxidado, con grafitis, cerca de la 105 poniente, a una cuadra de la máxima perrera, lugar frecuentado debido a problemas con la justicia vial. Dentro de la casa, una voz ronca y desvelada me grita. Los saludos pasan sin problema y con buen gusto a la visita mutua. Entro al cuarto donde el trabajo creativo y la inspiración ocurren. Me siento en una silla de madera con un cojín de estilo árabe. El Nono comienza hablarme.
El llamado se debe a un proyecto audiovisual en conjunto, aunque aún no sabemos la idea principal o el orden del discurso. Seguimos viéndonos y grabando.
Nono Tarado es conocido por su gran repertorio musical. Alguna vez le pregunté sobre cuantas canciones se sabía de memoria, y al tanteo, contestó: “Más de mil. Seguro, pá”.
Reconocido por su gusto por los vinos y licores, y por su larga carrera artístico musical en diferentes ciudades del mundo. Así es lector, el buen Nono ha dado la vuelta con su guitarra a México y el sur de Europa. Pienso que el viajar es querer ampliar el conocimiento, aquel que se deja llevar por sus pies y otros tipos de vida se borra muchos prejuicios y racismos. Yo creo que la gente es igual, solo que viven de manera diferente.
Entre risas y recuerdos, el Nono sigue su cuento autobiográfico.
Los aeropuertos han destrozado más corazones que las canciones de José José, y al Nono también se le ha roto el corazón, varias veces, en ese lugar lleno de gente que espera un avión para irse de viaje.
En su intento por recobrar los trozos de aorta perdidos, nuestro amigo y antihéroe, antes auto-apodado Viernes, “por el salvaje domesticado”, dice, viajó a las europas siguiendo a uno de sus amores de vida.
Allá, el viaje desde Hamburgo, Alemania, hasta Extremadura, España, consistió en un show de música y malabares entre pueblo y pueblo. Viajando en coche por tres meses sobre el sur y buscando Eurotopías, comunas de gente con gustos a fin en donde fueron bien recibidos la pareja de enamorados y su hija recién nacida.
Anterior a este rol, donde el Nono aprendió a mascar el idioma alemán, fue parte de un tour francés, por los lugares tradicionales de nuestro México mágico alucinógeno, desde Huautla, Oaxaca hasta Palenque, Chiapas. También hizo un viaje boteando con su guitarra acompañando a una pareja de galos y su perro callejero quien, igualmente, fue recogido en una esquina.
Me parece que las ansias de viajar y de salir del mundo que conocemos, de observar otras realidades, de ver como comen los chinos, nos llevan a experimentar aventuras de vida, conocer otro tipo gente, otro idioma, otra cultura, salir del encierro personal.
Sobre la pandemia actual y el Nuevo Orden Mundial coincidimos en que estaríamos mejor con los chinos, pero la geografía tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos nos seguirá condenando. Además el sistema capitalista de explotación es el mismo, solo cambia de color el látigo.
El Nono Tarado se encuentra en proceso de regeneración virtual. Anda subiendo sus discos enteros a las redes con el propósito de ganar un poco del sucio dinero que la vida de artista le debe. Le debemos.
Puedes escuchar su música en Spotify, y ver su único videoclip “Parandroide” el que realizamos conjuntamente en un trance etílico. Suscribirte (¡por favor!) a su canal de YouTube.
Publicado en Música, Notas, Rock
Etiquetas: Classic & Mexico City, josefcorte, nonotarado, pandemia, parandroide, Puebla, rock mexicano, rupestres, Subterráneos, viernes
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